EL NUEVO CONTRATO SOCIAL POSMODERNO: UN RETORNO AL LEVIATÁN?
Por: Ernani Contipelli
Hoy más que nunca el mundo parece que esta pasando por un momento de intensa conturbación que van desde cuestiones ambientales de alta gravedad como el cambio climático hasta un consumismo exacerbado que conducen las personas a la auto-explotación y ausencia de dignidad. En tal panorama caótico, para no decir apocalíptico, constatamos interesantes fenómenos sociopolíticos que demuestran el desarrollo gradual de un punto de inflexión en la historia institucional de las naciones, entre los cuales destacamos una especie de populismo retrogrado en ambientes sociales impensables que llegan a desafiar cualquier clareza lógica.
Más emblemático ejemplo de tal situación, ciertamente, es Donald Trump, el famoso multimillonario americano que alcanzo sorprendentemente la nominación como candidato Republicano a la presidencia de los EEUU, presentando un discurso político marcado por un populismo mediático, a través de argumentos de fácil asimilación y, en muchos casos, con una tonalidad de preconceptos similares a los mas perturbadores modelos de extremo nacionalismo que tuvimos en nuestra historia, como el nazi-fascismo por ejemplo.
La asimilación y aceptación de ese tipo de discurso que conduce a la despolitización de los ciudadanos nos lleva a repensar lo que puede surgir en un futuro próximo, que caminos estamos siguiendo y cuales son las pierdas que podrá ocasionar especialmente en términos de desarrollo humano y social. Así, la democracia presenta una nítida crisis tanto en la esfera nacional como internacional. La preferencia por gobiernos que se eligen presentando una plataforma de carácter segregacionista y desigual nos permite verificar un contraste en que se espera de un contrato social: los intereses de la colectividad o de los actuales “monarcas”?
Al que parece el plan de tales monarcas y sus trampas cierran los últimos detalles para el gran momento, como una secuencia de dominó que caen uno a uno para lograr el objetivo ultimo de la servidumbre a través de la libertad. “Servidumbre a través de la libertad” más una aparente contradicción presente en la híper-compleja era de la posmodernidad, en que manifestamos libremente nuestro deseo de someterse, de entregar a los monarcas el control de nuestras acciones, vida, del todo.
Como señalado anteriormente, en el plan político interno de los Estados, notamos una fuerte opción por modelos de gobierno cerrados distorsionando nuestra noción de democracia y ese fenómeno se pasa no apenas en EEUU, sino también en países que posee un alto grado de desarrollo humano como Austria, con el increíble desempeño de la extrema derecha, que perdió para los verdes por un margen de apenas 3% de diferencia en la votación para las elecciones presidenciales. En Francia, el partido de la Frente Nacional liderado por Marie Le Pen, obtuvo, aunque posteriormente tenga sufrido un revés, una expresiva votación en la primera vuelta de las elecciones comunales. Terrorismo, inmigración, sentimiento de protección que factores explican ese comportamiento político tan alarmante? Lógicamente, el incesante flujo de informaciones en nuestra sociedad red contribuye para formación de ese ambiente en que la solidaridad entre personas y países sirve apenas para nominar partidos políticos, movimientos sociales, sin cualquier concreción social.
Estoy mintiendo! Existe si una especie de solidaridad hoy más fuerte que nunca, aquella entre las grandes corporaciones trasnacionales que están ubicadas entre los “monarcas” de la posmodernidad y que no miden esfuerzos para alcanzar sus metas de poder y dinero. Contemporáneamente, es que cada vez más evidente el control que tales entidades ejercen sobre las autoridades políticas determinando y subordinando sus decisiones. Los grandes acuerdos de libre comercio firmados por EEUU y sus aliados comprueban nuestras afirmaciones, en la medida en que la soberanía de los países signatarios no pasan de palabras puestas en hoja de papel, sin cualquier comprometimiento con el publico y su sentimiento de justicia.
Nos indagamos, que contrato social es ese que distorsiona nuestro sentido de libertad, en que la sociedad abre mano de su voluntad y la entrega claramente al deseo de seguridad, que imprime una mutación en la dinámica del sistema político-económico neoliberal dominante en nuestra época., que supera la ilusión del capitalismo financiero para dominar a través de las instituciones “Estado”, ONU, FMI, internet entre otros elementos de la globalización que permitirán el acceso a la manipulación de la libertad. Estaríamos ante un iliberalismo, un sistema propio de ese juego de contracciones coexistentes en un momento histórico de relaciones liquidas o un retorno a la idea clásica del Leviatán de Hobbes, de un pacto social basado en el miedo y fomentado por las crisis.
De todo eso el único que podemos concluir es que el mundo llego al limite de un cruce de caminos, en que deberá elegir de una vez por todas los rumbos que tomara, y por las ultimas “libres” expresiones de voluntad de las personas, que inconscientes de la realidad, parecen que ya decidirán a donde vamos, al Estado Seguridad, de la intolerancia y contra las conquistas históricamente conseguidas en términos de desarrollo humano y solidaridad.
Hobbes: el contrato que transfiere los poderes al soberano presupone el miedo reciproco y la guerra de todos contra todos: el Estado es aquello que viene a poner fin al miedo
El Estado de seguridad este esquema se inverte: el Estado se funda duraderamente en el miedo y debe, a toda coste, manternerlo, pues extrae de é su función esencial y su legitimidad
El Estado de Seguridad preocupase en generalizar el miedo para prolongar el estado de excepción encubierto en que se funda, construyendo mecanismos de vigilancia de informaciones controlando sutilmente la libertad, el panóptico
Ese permanente Estado de Excepción establece medidas restrictivas a la libertad que no se compatibilizan con la idea de Estado de Derecho
Estado de Seguridad pretende justificarse en la protección de los valores democráticos, pero históricamente caracterizo el fermento en que surgirán los estado totalitarios en Europa.
Panóptico
V de venganza
Control de la libre circulación en el espacio Schengen
Una sociedad que vive en un constante estado de emergencia en que las prerrogativas judiciales son sustituidas por la acción policiales implica en una ruptura de las bases en que se fundaran el Estado de Derecho.
Ese Estado de Emergencia esta demostrando el camino que sigue las democracias occidentales en dirección al Estado de Seguridad, seguridad palabra que ha entrado en el discurso político justificando las medidas restrictivas a las libertades individuales, sacando la idea de razón en la expresión del poder en que se construye todos los fundamentos del Estado Moderno.
Si el miedo es la bases del Estado de Seguridad, el fundamento del nuevo contrato social que surge en la posmodernidad, es justo aceptar que tomara todas las medidas necesarias para simultáneamente generar y alejar ese miedo, es decir, crear seguridad interna y estimular la propagación del terror en lo externo. Al fin, la incertidumbre es otro elemento esencial del Estado de Seguridad que justifica sus medidas de “prevención”, cambiando el paradigma del Estado de Derecho, de la seguridad y certeza a la incertidumbre y amenaza.
Características del Estado de Seguridad: mantenimiento de un estado de miedo generalizado despolitización de los ciudadanos, renuncia de toda certeza del derecho. El Estado de Seguridad mantiene el miedo y el terror, por otro lado, es policiaco, retirando las prerrogativas del poder judicial e incrementando las potestades discrecionales de la policía
Esa tendencia a la despolitización conduce consecuentemente a una pasividad y reducción de la participación política de los ciudadanos con el recorte de libertades publicas justificado en políticas de prevención y hace parte de las características del denominado Estado de Seguridad categorizado por Giorgio Agamben, que utiliza conceptos ya teorizados por los juristas nazis que “definen el pueblo como un elemento esencialmente impolítico, cuya protección y crecimiento debe asegurar el Estado” (“De l’Etat de droit à l’Etat de sécurité”, publicado en Le Monde el 23 de diciembre de 2015).
Sobre Autor:
Ernani Contipelli es Pos-Doctor en Derecho Político Comparado – Universidad Pompeu Fabra. Pos-Doctor en Derecho Constitucional Comparado – Universidad Complutense de Madrid. Doctor en Derecho del Estado – PUC/SP. Master en Filosofía del Derecho y del Estado – PUC/SP. Master en Derecho Tributario – PUC/SP. Licenciado en Derecho – Mackenzie/SP. Investigador Visitante en el Instituto de Derecho Comparado de la Universidad Complutense de Madrid (España, 2010), en el Centro Interdipartimentale di Ricerca e di Formazione sul Diritto Pubblico Europeo e Comparato, DIPEC, da Università degli Studi di Siena (Italia, 2011), en el Observatorio de la Evolución de las Instituciones da Universidad Pompeu Fabra (España, 2012), en la Université Paris 1Pantheon – La Sorbonne (Francia, 2013), en la Université Paris 10 – Ouest-Nanterre (Francia, 2014), en el Korean Institute of Southeast Asian Studies, KISEAS (República de la Corea, 2015) y en el Institut D’Études Europèennes de la Universite Libre de Bruxelles (Bruselas, 2016). Profesor Visitante en la Universidad Castilla-La Mancha (España), en la Universidad Lomas de Zamorra (Argentina) y en la Korea University (Republica de la Corea). Profesor del Programa de Posgrado en Derecho de la Universidade Comunitária da Região de Chapecó (Brasil). Director del Center for European Strategic Research (Itália).