Vuelven los espías
Hace poco en Estados Unidos surgió un enorme escándalo de espionaje, relacionado con los cuerpos de inteligencia rusos. A simple vista puede parecer el típico caso de intercambio de “gestos”, unos echan a unos cuantos diplomáticos y los otros responden con algo parecido. En la mayoría de los casos, este tipo de intercambio se realiza cuando el ambiente diplomático está bien caliente y hay tensión entre países.
Pero en este caso no hubo nada de eso. La visita de Dmitri Medvedev a Washington ha sido todo un éxito. El acercamiento de Rusia a Estados Unidos es más que visible, lo que es debido a cierta mejora en su situación, tanto interna como externa. La Revolución Naranja en la vecina Ucrania no cuajó, los precios de materias primas suben, la guerra de Georgia le trajo el sentimiento de su valor y fuerza (tanto militar como diplomática). Todo esto propicia que Rusia esté tan tranquila como para atreverse a ligar con EEUU. Algo que parece tener respuesta.
Las declaraciones oficiales de ambos países refuerzan está hipótesis: tanto EEUU como Rusia trataron de disminuir el alcance de estas detenciones. El presidente Putin dijo que aunque “la policía se ha pasado metiendo gente a la cárcel”, este episodio no debe afectar a las relaciones entre Rusia y EEUU. Asimismo la Casa Blanca aseguró que allí “no creen que esta situación pueda resetear las relaciones con Rusia” ya que “se ha hecho mucho en los últimos tiempos”
Pero lo más extravagante en esta historia es el papel que jugaban los espías rusos en EEUU. Trabajaban de analistas políticos y económicos, con datos perfectamente disponibles desde cualquier Internet café de Moscú. Poseían todos los requisitos de buenos espías: equipo, training, habilidades, idiomas. Estaban completamente integrados en la sociedad. Y sin embargo no daban salto grande: meterse en alguna institución gubernamental. Y no porque no querían, al parecer no había ordenes desde Moscú. Entonces, ¿eran en realidad espías? Que misión tenían? ¿Querían que les encontrasen? ¿Quien saca beneficio de este espectáculo?
Las respuestas deben estar en el formato de cometido que tenían estas personas. Ellos eran el back-up de la red de inteligencia rusa. Los agentes ilegales, no declarados como trabajadores a sueldo de Gobierno Ruso, podían vivir toda su vida, llevando la vida como cualquier otro americano, sin ser llamados para nada. Las operaciones que realizaban parecían nada más que unos “cursos de refresco”, para que el agente esté siempre en perfectas condiciones.
Analizando los resultados, podemos decir que ambas partes tienes su beneficio en este asunto. Si EEUU no los arrestara ahora y Rusia decidiera activar a alguno de ellos, se podrían comprometer otros agentes, con misiones más importantes. Por tanto, entre varios males que Rusia podía tener con estos agentes, este es menor.
Por otro lado, la CIA lleva años sin poder erradicar a los talibanes. Este escándalo debería mejorar la imagen de esta institución en la opinión pública.
Por: www.elexterior.es